De las 71.869 personas que atendieron el pasado año un total de 22.430 (el 33%) fueron menores, y la mayoría eran familias con niños a su cargo
La Comunidad está además por encima de la media de los indicadores de pobreza, ya que incluye a 693.505 personas en la tasa de riesgo
Cáritas Diocesana de Valencia ha alertado este miércoles del “alto riesgo de transmisión intergeneracional de la pobreza”, ya que de las 71.869 personas que atendieron el pasado año un total de 22.430 (el 33%) fueron menores, y la mayoría eran familias con niños a su cargo.
Así lo pone de manifiesto la memoria institucional de 2015 que han presentado en la sede de esta organización en Valencia el director de la entidad, Ignacio Grande; la secretaria general, Fani Raga, y el delegado episcopal, José María Taberner, y que advierte además de la creciente “cronificación” de la pobreza y del aumento de la desigualdad social.
A lo largo de 2015, el número de personas beneficiarias de la ayuda de Cáritas ascendió a 71.869 (un 2,6 % de la población de la diócesis), el 74 % de ellas conocidas de años anteriores y un 37 % de las familias atendidas en los economatos lo han sido durante más de dos años. En cuanto al perfil, ha señalado Grande, se mantiene la mayor presencia de personas de origen español (un 53 %), la mayoría mujeres (un 75 %).
Del colectivo atendido, las personas que más demandan el apoyo de Cáritas sonparejas jóvenes y mujeres solas con hijos, así como inmigrantes, y un 33 % son menores. “Baja el número de personas atendidas y beneficiarias” entre otros factores por el regreso de los inmigrantes a sus países, pero acuden al servicio durante más tiempo, hasta tres años, ha añadido la secretaria general, Fani Raga.
La memoria constata asimismo que la mayor intensidad en los factores que provocan la exclusión social lleva a una creciente “cronificación” y a un aumento de la desigualdad social. Del mismo modo, se advierte del alto riesgo de transmisión intergeneracional de la pobreza, ya que las familias con menores son el perfil que más acude a Cáritas, y 22.430 de los asistidos fueron menores.
La Comunidad Valenciana está además por encima de la media de los indicadores de pobreza y exclusión social, ya que incluye a 693.505 personas en la tasa de riesgo de pobreza. Cáritas Diocesana de Valencia alojó el pasado año a 140 personas en sus 25 viviendas; atendió a 870 menores en los 30 proyectos socioeducativos de Infancia; 501 adultos participaron en los 10 proyectos de familia, y se destinaron 177.583 euros a ayudas educativas. Los responsables de Cáritas Diocesana de Valencia han alertado también de que siguen teniendo que cubrir necesidades básicas que constituyen derechos fundamentales, y de la “constante pérdida de derechos” de las personas que atienden en cuanto a la vivienda, un empleo digno, alimentación y salud.
“Solo el empleo no asegura la salida de la exclusión”, han asegurado, para recalcar a continuación que es imprescindible una reforma del modelo socioeconómico que garantice el ejercicio de los derechos para todas las personas. Grande ha lamentado que estamos ante un modelo “no solo económico sino social, que no centra su acción en la persona ni prioriza en las familias más vulnerables y débiles de la sociedad”, y ante “una generación de empleo precario y de protección social débil”.
Para hacer frente a esta situación, Cáritas propone “reformar el sistema de servicios sociales ampliando la carta de los derechos sociales”; un plan integral de vivienda; un pacto por la infancia y la educación; una renta mínima para las familias sin ingresos; y una apuesta por la economía social y solidaria y por un empleo digno.
