7ª Clave: Somos conocidos y amados

“A este Jesús lo resucitó Dios,
de lo cual nosotros somos testigos” (Hch 2, 32 ).

Lectura de Hch 3, 12-19

Una vocación universal: “creados para conocer, amar y servir a Dios”

El ser humano, sea consciente o no, desde su nacimiento, está llamado a participar de la vida divina. En este camino del encuentro con Dios, las personas creemos que somos nosotros los que anhelamos a Dios y con su oración buscamos su beneplácito, pero realmente es Dios el que ha salido a nuestra búsqueda. Esta vocación está grabada en el corazón del ser humano, y por ello todos tenemos un natural apertura a la trascendencia, un clamor por la salvación, una experiencia religiosa…pero eso, en sí mismo, no es la fe en Jesucristo. La fe en Jesús es tal, cuando podemos expresar vitalmente: “Hemos creído en el Amor de Dios”, “porque no se comienza a ser cristiano por una decisión ética o una gran idea, sino por el encuentro con un acontecimiento, con una Persona, que da un nuevo horizonte a la vida y, con ello, una orientación decisiva” DCE1
Por ello y aunque a lo largo de toda la vida se habrá acompañado el proceso de anuncio: catequesis, celebraciones, tradiciones, ritos,… que facilitarán y abonarán la tierra, solo cuando hay un anuncio explícito y un encuentro personal, se da la fe en Jesús, vivo y resucitado. A esto lo llamamos Kerigma, el cual, lleva a la acogida de la persona de Jesús y con él, a la conversión.

El kerygma en la Sagrada Escritura

El primer anuncio o “kerigma” en la Sagrada Escritura se encuentra en el libro del Génesis, cuando después del pecado original Dios no abandona a la humanidad y comienza una historia de Salvación que culmina con Jesucristo y restablecerá la comunión con Dios.
Es parte del Kerigma la promesa del Dios que se manifiesta a Moises en la zarza y le promete la liberación (Ex 3, 7-8), La promesa hecha a los profetas anunciando que el pecado ha sido perdonado (Is 40, 1-2), el anuncio a María en la anunciación o a los pastores en la gruta, trayendo una Buena noticia y ofreciendo la Salvación definitiva en el Enmanuel (lc 2, 10-11), la predicación de Pedro que, después de la resurrección, les invita a recibir del Espíritu Santo (Hc 2,38)
Si contemplamos la predicación del Kerigma por parte de Pedro y Pablo en Hch, nos encontraremos que el esquema básico siempre es el mismo: Llamar la atención de los destinatarios, recordar la promesa, proclamar su cumplimiento en Jesucristo, aportar el testimonio personal y provocar, por la fuerza de la palabra testimoniada, la conversión de los oyentes. De esta predicación primera nacerán los Evangelios tal como los conocemos. El kerigma, pues, es el testimonio concreto y personal de lo que Jesús, el Cristo, por voluntad del Padre, ha realizado en mi vida. Es poder decir: “una cosa sé: que yo era ciego y ahora veo” Jn 9,25

La Pastoral del Primer Anuncio

Nuestra comunidad está inserta en un proyecto de renovación pastoral que busca dar respuesta a la misión que Jesús nos concedió y que desde Pablo VI se nos ha pedido que se viva con novedad, valentía y entrega. En este proyecto, que ha querido entrar de lleno en el sueño de Dios para con nuestra comunidad, comienza con la necesidad de preparar la tierra para que sea plantada la semilla (cultura parroquial) y redescubrir la llamada a realizar un anuncio explícito del Kerigma que por el nombre, destinatarios, contenido, método, agente y momento en el que se tiene unas connotaciones especiales, distintas a la catequesis.
Para vivir este primer anuncio o Kerigma en la parroquia, entendemos que hay ámbitos especialmente apropiados para ello: la vida litúrgica como expresión pública y comunitaria de la fe cristiana en la que por distintos motivos participan personas no creyentes (bodas, bautizos, entierros, fiestas populares…) y que, puede ayudar a experimentar la belleza de la fe y a sentirse atraídos por ella y que ya hemos tratado en el mes de enero. La iniciación cristiana que quiere vivirse como un único proyecto en el que el Movimiento de infancia Venerable Inés (la llamada catequesis), el Movimiento Juniors Sant Jaume, el Colegio Parroquial, el movimiento juvenil Santa Bárbara y el Movimiento de Jóvenes se conviertan en proceso por el que nuestros niños, adolescentes y jóvenes se encuentren con Jesús, y por último desde un anuncio explícito del Kerigma por medio de Alpha y de los Seminarios de Vida en el Espíritu en el que los miembros de nuestra comunidad descubran o reaviven el regalo de la fe.

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